18/8/13

Guapura


Se abrió la puesta del Sportage, se abrochó el cinturón de seguridad, sonaba To Many Friends de Placebo; Giovanna le bajó el volumen. No es tarde no? Llegaras tarde. Quieres que corra? Y la miró de reojo mientras avanzaban por la Salaverry. Ale estaba revisando si traía el libro de matemáticas financieras. No te preocupes, estamos a tiempo; ya tengo mi trabajo de MKT, así que tengo algo de tiempo. Diciendo eso, cerró su mochila tipo bandolera y miro algo en su celular. Que bueno, Ale!… Me hubiera gustado ser tan ordenadas cuando estaba en la U.

Miraba las pistas, y a lo lejos se distinguía los grandes ventanales y la fuente de agua con sus chorros coordinados. Era el ingreso a su U. Y mientras Ale trataba de imaginar cómo era la Universidad en Guayaquil donde estudió su madrastra Gio; ya estaba caminando por los pasillos de su Facultad. Al menos ahora podrá decirles a su grupo de práctica de tenis de los jueves, que no le causo molestias y que ni la jodo con las cosas de la U. Check. Una menos, se decía Ale.

Sonó el celular. Y donde estas? Recién imprimiendo? Voy para allá. Sus botas altas estilo militar se movían con rapidez. Su pelo se eleva por una ráfaga de viento. La vi aproximarse. Jean, sudadera azul marino, camiseta blanca con estado de letras enormes. Todo eso vas a presentar? Es too much, se nota que no es tuyo. Ale saca un folder azul y le nuestra a su compañera; luego lo deja en el mostrador de aquel puesto de fotocopiado. No era la primera vez que la veía. Su aula queda en el pabellón de al frente, me cruzo por allí cuando voy de camino a la cafetería central. Pero como era de imaginar nunca cruce palabra con ella. Además, estamos en Facultades diferentes y yo soy un año superior. Me concentré en lo mío, ya estaba terminando de quemar un CD, pero por curiosidad voltee otra vez, ya no estaban; en su lugar, estaba un tipo con saco, evidentemente imprimiendo las diapositivas de la disertación que debía estudiar y presentar esa misma mañana. No estaban, qué les habría pasado, no es asunto mío. Señora! Este trabajo estaba aquí. Ví al sujeto del saco entregar a la encargada el folder así. Señora! Eso es de mi amiga, entréguemelo, yo se lo llevo. Qué estaba asiendo. No es asunto mío. Ya no importaba, mis piernas corrían rápido. Estaba frente a la puerta de su aula. Debía tocar o esperaría que salga. Tocaría sin duda. Tal vez en ese preciso momento necesita esta información. Toco, pregunto por ella… Caballero, llega tade, sugiero que se siente adelante. Esta es la hoja. Mire solo su hoja o se lo anularé. Un catedrático canoso con bigote y saco gris me hablaba. Bueno, al menos estaba dentro del aula correcta. Ale estaba en la tercera columna resolviendo su examen. Alumno mire su examen! Me dijo, develando su falta de memoria. Ale levantó la cabeza levemente. Me miro extrañada.

Tonterías. Qué es esta pamplina. No sé nada de lo que pregunta este examen. En realidad, siempre tengo calificaciones por encima del promedio; estudio con frecuencia pero al poco tiempo se me olvido todo. Cosa distinta son mis pasatiempos. Recuerdo cada detalle de la literatura que he leí, cada año y canción que lanzan los grupos de música de mi agrado, cada argumento de película que he visto. Que desperdicio de memoria la mía. Soy bueno con la guitarra, estoy empezando con el tenis, soy excelente con el photoshop y el revib, pero no sé un carajo de la demanda agregada. En casa nadie es un sabelotodo. Parece que una racha de buena suerte y contactas nos ha seguido a todos. No somos los mejres en nuestros carreras, pero nios ha ido bien. Bueno, eso no significa que a mí me suceda igual. No importa, veo mi teléfono, trato de voltear la vista a Ale, reviso que el folder azul siga en mi regazo, pasan los minutos y me aburro.

Ale se pone de pie, entrega la hoja al profesor, sale del aula. Se acabó esta farsa. Escribo mi nombre en la hoja y la entrego al señor. Salgo rápido.  Sigo por los pasillos. Ale entra al baño de damas.

Esperar recostado sobre la pared de al frente. Qué decir, cómo empezar, mejor no tratar de ser cordial, siendo de un año superior creerá que soy una clase de profesor. Mejor ser casual; tampoco presumir, eso ni nunca funcionó con las chicas de mi aula. Qué estupidez, por que tantas vuelta. Es solo entregar este folder y desaparecer; regresar a mi hábitat, a las personas conocidas y a los lugares conocidos, que algunos llaman rutina. Soy mayor que ella, no será fácil invitarla a salir, se asustará. Es solo una coincidencia que tenga este folder. No, nunca creí en las casualidades, tengo esta oportunidad por algo, debo escribir mi siguiente decisión. No, ya tomé la decisión, solo intento justificarme y asimilar que tengo la chance de conocer a esa guapura.

Alguien me observa. Me rápidamente a alguien subir por las escaleras de mi lado izquierdo. Desapareció.

Salió del baño con su bolso bandolera cruzado. Reconoció el folder. Se lo entregué. Esa fue la primera vez que conversé con Alejandra. Cinco minutos de transcurrido y descubrí que también era una guapura de persona.

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Pronto: Parte 3. Cuando la vorágine te encuentra.

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