A veces pienso en aquellas
vacaciones, donde Giovanna les revelo que se casaría con su padre. Veo las
sillas blancas, el horizonte, la inmensidad del mar, las embarcaciones, la
porta servilletas del club Yacht, los lentes de sol sobre la mesa. También escucho
los audífonos de Vanessa a todo volumen sobre la mesa. Veo como mira hacia la
playa, y recuerda que ya tienen una semana en Salinas y aun no puede tocar esa
arena blanca.
Vanessa avanza sobre la pista.
Alejandra baja hasta el sótano y ve que el MG3 no está. Piensa en su hermana
menor. El auto avanza por la Av. General Enrique Gallo, gira a la derecha para
regresar al departamento, pero no se detiene, sigue pensando, escucha Moster de
Paramore, sigue avanzando por el Malecon, con el mar sobre su derecha. Aparca
en la heladería el Pingüino, no quiere nada, se queda allí con el auto apagado.
Ale destapa una botella de agua y sabía lo que pasaría, Gio le pregunta si su
hermana ha regresado. No, aun no. Pero donde puede estar, se suponía que solo
iría al Super. En la playa, siempre quiso ir desde que llegamos. Pero que le
pasa a esta niña?! Cree que el auto es un juguete! Tenemos un almuerzo que
preparar! Carajo! No me grites. Disculpa dulzura, puedes llamarme, no sé dónde
deje el celular.
El celular sonaba. Vane lo coloco
sobre sus sandalias a su costado. Por fin reposaba sus pies sobre la arena,
apoyo sus antebrazos sobre sus rodillas recogidas. Miro a lo lejos unas motos
acuáticas, no pudo evitar pensar que le gustaría manejar esas motos, pensaba
que su madre no le hubiera dejado, porque cuando papa manejo una moto ella se
asustó, preferiría un auto porque con el cinturón y las bolsas de aire el
peligro se reducía. Reflexiono que en muchas cosas de la familia fue la primera
en todo. La primera en aprender a conducir, pero la última en obtener la
licencia, la primera en tener un negocio pero también en abandonarlo, la
primera en tener un videoblog pero la única a la que se lo prohibieron, la
primera en parapente porque su mama se moría de miedo en ser la primera, la
primera en su promoción de secundaria, pero la ochenta y dos en puntaje del
examen de admisión, la primera en escuchar nirvana y la única que lo sigue
escuchando en casa, la primera en presentarse ante un auditorio y ser
ovacionada por su habilidad con el clarinete, a pesar que Alejandra un año
antes interpreto a Joe de Mujercitas en El Olivar, en general fue una
presentación de aficionados que no paso de algunos aplausos mayoritariamente de
mamas orgullosas; la primera en abrazar a mama luego que les revelo sobre el
divorcio. Mama no quiero olvidarte, susurro.
Yo voy a buscarla, mejor tu no
vayas; le dijo Ale mientras anudaba sus zapatillas para trotar. Por que?! Le
replico Giovanna. No sé, pero puede que esto es por se siente sola, mejor la
busco yo. Que?! Ale, por dios, ya estoy
hasta aquí de esas niñerías de tu hermana, justo ahora que vienen mis padres
para almorzar. Si… pero ahora mi hermana necesita a su familia, por eso voy. Te
llamo cuando la encuentre. Y la puerta se cerró. Ale caminaba por la acera,
pensó que no fue muy confrontacional, no le convenía serlo, su padre ya lo
había decidido y Giovanna pronto estaría a cargo de todo, tenía que llevarse
bien. Aveces la sociedad tienen que hacer acuerdos tácitos donde el poder se
cede para que la organización entera funcione, al menos en la práctica. Siempre
había hecho enorgullecer a su mama, y esta vez no puede quebrantar el orden que
su padre está tratando de imponer por que en la práctica aun su papa sigue
queriéndola, aunque ella a veces le da ganas de odiarlo y culparlo por muchas
cosas. Pero no ganaba nada empezando una guerra, solo ganaría manchar su orden,
estropear su record, alejar a sus aliados, desportillar toda esa imagen que
proyectaba. Esos Pro y Contras son los que, según ella, Vanessa estaba
analizando frente al mar. Ese tipo de reflexiones se hacen a solas, entre
lágrimas. Vanessa llego el tiempo de crecer, dijo como susurrando.
Ya en el taxi, vio por la ventana
las palmeras, vio Cevichelandia, vio a lo lejos una banana de plástico repleta
de turistas avanzando tras una lancha. Le dio ganas de imaginar que eran sus
vacaciones. Saco su teléfono. Donde estas Vane? Ok estoy llegando. Y el auto?
Ya ok, no es para tanto, está preparando la terraza. Tenemos una hora a la
mucho. Si también he pensado en ella. No, tampoco la olvidare, solo que debemos
avanzar, hay mucho que hacer. Eso te pasa dejar el cel en la arena. Imagino que
después de esto, mañana iremos todos a Montañitas. Yo también quiero regresar. Tienes
que comprarte otra sudadera GAP. Hahaha. Ves?! Monse crece, cachimba. En una
semana empiezas, no?. No, yo todavía tengo 15 días. Hahaha. Oye, ya llegue, te
cuelgo. Levántate y límpiate la cara.
A veces pienso en esas
vacaciones, donde la sonrisa de Alejandra se bronceo, y por momentos se dio
cuenta que necesitaba agradar y sobrevivir, a toda costa.
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Pronto: Mesa para tres...
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Pronto: Mesa para tres...

